Numerosos elementos de carácter patrimonial, adornan el sendero GR-48. Testigos de las distintas culturas que han pasado por este territorio, se levantan sobre el terreno haciendas, puentes, caminos empedrados, muros de piedra, molinos y fuentes, construcciones dignas de ser respetadas.
Algunos dólmenes prehistóricos se distribuyen por la primera etapa, aunque difíciles de ver, atestiguan la presencia ancestral de nuestra especie. La época romana queda indiscutiblemente justificada por puentes de piedra. Quizás sea uno de los siglos ocupados por los árabes de los que más patrimonio queda. Algunos cascos históricos poseen barrios de esa época de gran importancia. Los castillos dominan varias poblaciones, tanto de origen árabe como cristiano. Muchos molinos, quizá de la misma época, pueblan las orillas de las riberas, así como los lagares y almazaras se conservan en actuales fincas dedicadas a la ganadería.
Un sinfín de elementos, todos ellos conectados por una red de caminos y vías pecuarias con solera por las que este completo recorrido discurre saboreando los vericuetos de un territorio duro y tierno a la vez.